Los 10 Trucos de Limpieza más útiles

En nuestras cortinas de baño, sobre todo las de plástico, suele acumularse manchas de moho en la parte inferior que son difíciles de quitar. Un truco para que no aparezcan es dejar que el borde de las cortinas no supere los 20 centímetros el de la bañera, así no arrastrarán y enmohecerán menos.

Para acabar con los malos olores del sumidero, echaremos sal gorda por el mismo y la dejamos actuar una noche entera. Al día siguiente lo limpiamos con una mezcla de agua muy caliente, vinagre y un vaso de refresco de cola.

Un truco para mantener la almohada/cojín esponjosa como el primer día es introducir una o dos pelotas de tenis en la lavadora. Éstas rebotan dentro del tambor de la lavadora y evitan que se deformen.

Pasaremos por encima del chicle pegado un cubito de hielo hasta que se quede duro y después lo podremos despegar mucho más fácil.
Otra opción es meter la prenda en el congelador y esperar unos minutos. Después de esto la lavaremos normalmente.

Para quitar el óxido de la plancha, humedecemos un papel de cocina con agua oxigenada y frotamos varias veces sobre la base de la plancha.

Aunque existen en el mercado productos de limpieza específicos, si no los tenemos en casa podremos frotarlos con bicarbonato sódico humedecido con un poco de vinagre.
Otra opción es utilizar ginebra pura sin mezclar con agua, después usaremos papel de cocina para que no suelte pelusilla.

Para que los cubiertos luzcan de una manera especial necesitaremos algodón y agua oxigenada, y tendremos que ir frotando uno a uno.

Pondremos en una cazuela (que no vayamos a usar para otra cosa) un poco de agua con suavizante de la lavadora antes de empezar a freír y lo dejamos a fuego lento, al irse evaporando soltará el olor a suavizante y eliminaremos el olor a pescado.

Empapamos unos bastoncillos en alcohol y los pasamos por todos los rincones de nuestro mando, procurando que el alcohol no entre por las rendijas para evitar que se estropee.

Exprimimos dos limones y los ponemos en un recipiente con unos 300 ml. de agua que introducimos en el microondas. Lo ponemos a máxima potencia alrededor de 5 minutos (depende de la potencia) hasta dejar que se empañe el interior del aparato con el vapor que se va generando. Cuando veamos húmedo el cristal del microondas, abrimos la puerta y, con cuidado de no quemarnos, retiramos el recipiente con un guante o un trapo.